Como ya hemos comentado en varias ocasiones en nuestra empresa de traducción, la figura del traductor profesional juega un papel muy importante para fortalecer las relaciones empresariales y mejorar los intercambios comerciales entre empresas como las de turismo u hostelería. Este profesional sabe interpretar correctamente el lenguaje y las expresiones propias de otras culturas. Asimismo, su función como traductor en los juicios es de vital importancia de cara a conocer y entender todos los textos legales, declaraciones y otros elementos clave del proceso. De hecho, hay que tener en cuenta que este tema adquiere relevancia si se tienen que traducir pruebas en un caso judicial. 

¿Qué es un traductor?

Para empezar, hay que diferenciar entre la figura del traductor y la del intérprete. En el primer caso, se refiere a un profesional que domina la lengua materna y tiene un excelente manejo de la ortografía.

Por su parte, el intérprete es la persona que procesa la información y transmite un mensaje en tiempo real. Este tipo de traducción es oral. Por lo tanto, no solo maneja correctamente el lenguaje, sino que también tiene una buena memoria para transmitir mensajes largos.

En este caso, el traductor cuenta con mayor ventaja, ya que dispone del tiempo suficiente para investigar y consultar la información que necesite. Incluso, puede releer el trabajo y realizar las modificaciones que considere pertinentes.

La figura del traductor en juicios y otros procesos

Esta profesión es de gran utilidad en infinidad de casos. Por regla general, el Ministerio de Asuntos Exteriores concede al traductor la potestad de legitimar las traducciones de documentos oficiales para que tengan validez legal en los procedimientos judiciales. Realmente, este aspecto es muy importante si se tiene en cuenta la importancia de la validez de los documentos traducidos ante un tribunal de justicia.

En España conviven personas de diversas nacionalidades, por lo que se hablan distintas lenguas. La propia Administración de Justicia, así como los profesionales que ejercen la abogacía, necesitan un servicio de traducción dentro y fuera de un juicio. A esto se añade, los documentos que se deben aportar como pruebas.

El papel que cumple la figura del traductor en los juicios realmente es relevante, ya que se encarga de realizar la traducción de ciertos documentos legales. Pueden ser escrituras de empresa, testamentos, poderes de representación, certificados de nacimiento, matrimonio o divorcio, títulos universitarios o expedientes académicos, entre otros.

traductor en los juicios

Traductores en el juzgado

En líneas generales, este trabajo no deja de ser realmente complejo, ya que todo lo relacionado con el ámbito judicial tiene su dificultad en cuanto a la interpretación de documentos se refiere.

El uso de un lenguaje jurídico propio, así como su interpretación, está sometido a comparecencias, comisiones rogatorias, juicios verbales, etc. Por este motivo, el traductor debe manejar correctamente cada término y hacer una traducción con total coherencia y exactitud para evitar equívocos.

Según la Ley Orgánica 5/2015, de 27 de abril, tal como aparece en el BOE, se contemplan una serie de derechos para las personas que no hablen ni entiendan nuestra lengua.

En este sentido, se recoge el derecho a obtener la traducción escrita en aquellos documentos de la causa penal para garantizar una adecuada defensa. Por otra parte, también se menciona la necesidad de contar con un intérprete durante los interrogatorios, como con la asistencia de un abogado.

En resumen, los traductores son profesionales con una preparación y una formación en la materia que favorece la comunicación y el entendimiento cuando hay un idioma por medio que supone una barrera por su desconocimiento. Asimismo, su trabajo en los juicios favorece y agiliza el sistema judicial.

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