Contar con los servicios de una empresa de traducción es siempre aconsejable, pero es cierto que se hace fundamental cuando se trata de los sectores más específicos. Este es el caso de las revistas científicas, que tratan temas muy concretos en los que poca gente es experta.

La ventaja de traducirlas es que de esta manera se puede hacer llegar la información allí recogida a personas de todo el mundo. La comunidad científica podrá aplicar los conocimientos plasmados en estas publicaciones para llegar a nuevos descubrimientos y lograr un impacto positivo en la sociedad. Pero ¿sirve cualquier traductor para esto?

Las peculiaridades de la traducción científica

Cualquier persona no puede encargarse de la traducción de revistas científicas, pues, como se ha dicho antes, abarcan temas muy específicos. Esto implica que también se usa un lenguaje muy concreto e incluso abreviaturas que no reconocerá un traductor generalista.

Lo ideal es contar con un traductor especializado en el ámbito científico y con muy amplios conocimientos sobre el tema del que se escribe. Para textos sobre medicina y medicamentos, por ejemplo, es conveniente contar con una persona que conozca las denominaciones de los diferentes principios activos. No son temas fáciles y sería imposible garantizar un buen resultado si no se contara con personal especializado.

Traducción científica y traducción técnica: ¿son lo mismo?

A menudo se habla de la traducción científica y la traducción técnica como si fuesen lo mismo, pero no es del todo así. Hay ocasiones en las que van unidas, pero aun así hay otras en las que se pueden apreciar diferencias.

En términos generales, se podría decir que un texto técnico sirve para enseñar a una persona cómo hacer algo, siempre con datos objetivos. Una publicación científica, en cambio, lo que pretende es difundir conocimiento, muchas veces teorías. Así pues, una traducción científica tratará temas diversos, desde la medicina hasta la física o la biología, pasando por muchos otros. Una traducción técnica, sin embargo suele girar en torno a temas industriales. Un ejemplo de esta última podría ser un manual.

En definitiva, lo ideal es contar con traductores especializados en temas técnicos y también con personas centradas en la traducción científica. Así la agencia de traducción puede asegurar que cada traductor conoce el vocabulario específico de los textos sobre los que va a trabajar.

Las peculiaridades de la traducción científica

Traducción de revistas científicas a varios idiomas

Se podría decir que el inglés es el idioma estrella en este tipo de publicaciones. Esto se debe simplemente a que es una lengua que mucha gente habla, incluso si no es de forma nativa. Por esa razón, muchas publicaciones científicas optan por ella, ya que es la que se suele hablar en congresos y eventos del sector.

Sin embargo, este no es el único idioma que se usa en la comunidad científica, y siempre es positivo utilizar la lengua del lugar cuando uno quiere dirigirse a un país concreto. Por eso, la empresa de traducción da la posibilidad de trasladar la información a algunos de los principales idiomas europeos, como son el francés, el español, el italiano y el alemán. También se trabajan otros idiomas como el euskera, el ruso, el árabe, el chino, el rumano y el danés.

En definitiva, la traducción de revistas científicas es una excelente manera de hacer llegar el conocimiento a varias partes del mundo, con el consiguiente impacto positivo que esto tiene en el sector. No obstante, se trata de una temática con lenguaje muy específico, por lo que no basta con un traductor generalista para hacerse cargo de este trabajo. Por eso, lo ideal es contar con una persona especializada como las que hay en la agencia de traducción.