En una sociedad digital como la actual, es habitual que los contenidos traspasen las fronteras y terminen llegando a personas con otros idiomas y culturas. Esto es algo positivo, pero también requiere adaptarse al nuevo mercado global, y para ello es necesaria la traducción. Es cierto que es una tentación para muchos el recurrir a traductores automáticos; sin embargo, esta es una práctica nada aconsejable. A continuación se va a explicar cuáles son las ventajas de contar con una empresa de traducción o traductores profesionales en la sociedad globalizada de hoy en día.
Traductores nativos, con conocimientos de la cultura y el contexto
Se puede ver con un ejemplo: hay idiomas en los que la manera de hablar cambia según a qué clase social pertenece el receptor. Se trata de culturas en las que las formalidades tienen mucha importancia. En el español, por el contrario, existe el trato de usted, pero es habitual tutear al lector; además, el vocabulario empleado no presenta grandes cambios según si se tutea o no a una persona.
Una persona aficionada, aunque conozca bien ambos idiomas, puede que ignore matices de este tipo, y por tanto no podrá ofrecer un resultado profesional. Puede traducir de forma literal y hacerlo correctamente, pero eso no quiere decir que la traducción esté bien hecha.
Los traductores profesionales cuentan con experiencia previa
Un traductor profesional contará en su haber con trabajos previos. Esto significa que puede aportar experiencia adquirida anteriormente a la traducción de un trabajo. De esta forma, podrá trasladar ideas que añadirán matices y riqueza al texto. Tendrá los conocimientos necesarios como para ofrecer variedad léxica. Tampoco dejará pasar ningún detalle e incluso se adaptará al tono que se está intentando plasmar.
No traducen literalmente, pero respetan el significado original
Esta es una máxima para cualquier agencia de traducción que realice traducciones online que se precie: no hay que traducir nunca de forma literal. Hacerlo quita fluidez al texto, ya que hay expresiones que suenan muy bien en el idioma de origen pero que igual no funcionan en absoluto en el idioma de destino. Finalmente, el resultado es que una traducción literal no llega bien al lector y resulta incluso desagradable de leer.
Un buen traductor nunca traduce literalmente. Su objetivo debe ser trasladar el texto al idioma de destino con expresiones y vocabulario que funcionen. Al final, el resultado siempre debe respetar el significado original. En definitiva, un traductor entiende cada párrafo antes de traducirlo, y lo hace de forma que su esencia quede plasmada de la mejor manera posible.
Son serios y comprometidos
Ya se mencionaba al principio de este texto que la traducción se ha convertido en un imprescindible debido a la digitalización. Ahora bien, al tratarse de una tarea tan importante, es fundamental que quien la haga sea profesional.
Los traductores profesionales o traductores online no solo tienen los conocimientos necesarios para llevar a buen puerto la traducción. También se comprometen con el texto y con el cliente. Esto implica, entre otras cosas, entregar la traducción en el plazo establecido o respetar la confidencialidad acerca de la información que se les proporcione. Por supuesto, también deben comprometerse a trabajar por un buen resultado. Estas son características que no están garantizadas cuando se trabaja con personas aficionadas que no se dedican profesionalmente a la traducción.
Estas son las ventajas que tiene contar con un traductor profesional en la sociedad digital que hay actualmente. Contar con una empresa de traducción es una excelente opción, ya que tiene en su catálogo una serie de traductores nativos de varios idiomas, que pueden trabajar como traductor español a francés y el alemán hasta el ruso o el latino. Así cualquiera puede asegurarse de recibir una traducción bien hecha y profesional sea cual sea el idioma con el que trabaje.